Suspiro | Sam Taylor-Johnson | Guggenheim Bilbao Museoa
Exposición pasada

Suspiro (Sigh): Sam Taylor-Johnson

09.09.2016 - 11.12.2016

Desde los años noventa, las fotografías y videoinstalaciones de la artista británica Sam Taylor-Johnson profundizan en las emociones humanas más crudas, aislándolas y presentándolas de manera fragmentada, ya sea deconstruyendo la narrativa o, como en el caso de la obra Suspiro (Sigh, 2008), modificando nuestra percepción de la imagen y el sonido. Esta instalación audiovisual está compuesta de ocho proyecciones, en las que las diferentes secciones de la Orquesta de Concierto de la BBC parecen interpretar el tema musical creado específicamente para esta obra por la reconocida compositora Anne Dudley. El sonido es claramente audible, a pesar de que los intérpretes no tocan los instrumentos, sino que reproducen los gestos y movimientos que conlleva la ejecución musical. El hecho de que los músicos estén desprovistos de los objetos que caracterizan su labor genera una sensación de vulnerabilidad, y también enfatiza la importancia de las acciones corporales implicadas a la hora de tocar un instrumento. Para crear la banda sonora, que tiene una duración de más de ocho minutos, Anne Dudley se basó, a su vez, en las fotografías de la serie Fantasmas (Ghosts, 2008), de Sam Taylor-Johnson, cuyo punto de partida se sitúa en la novela clásica de la literatura victoriana Cumbres borrascosas, escrita por Emily Brontë, y que se inspiran de manera particular en los páramos de Haworth, en Yorkshire, en los que se criaron las hermanas Brontë y que se convirtieron en un personaje más de sus creaciones. La obra Suspiro presenta a los músicos de la BBC ejecutando una banda sonora que evoca estos páramos yertos y cargados de ausencia humana, un tema interpretado desde la extraña invisibilidad de los instrumentos musicales, con una gestualidad natural pero en apariencia dramatizada.

 


Sam Taylor-Johnson
Suspiro (Sigh), 2008
Proyección en 8 pantallas, 8 min 37 s
© Sam Taylor-Johnson.
Reservados todos los derechos, DACS 2015. Cortesía White Cube

 

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